
Literalmente, el término Feng Shui significa “viento y agua”, dos elementos imprescindibles para nosotros. El agua la vemos, pero no la podemos coger con las manos; el viento no lo podemos ver ni detener, aunque apreciamos su movimiento. Así, podemos decir que el Feng Shui estudia lo que se ve y lo que no se ve.
Algunos definen el Feng Shui como un arte, otros como una ciencia. Lo cierto es que se trata de una disciplina filosófica milenaria que nace en Oriente y se fundamenta principalmente en el Chi; dicho de otra forma, la energía. Que la energía fluya adecuadamente es el principal propósito en Feng Shui. Si esta energía es contraria y dañina, la denominamos Sha Chi.
SEGÚN ESTA FILOSOFÍA TODO ESTÁ VIVO
Hemos explicado anteriormente que todo vibra; por lo tanto, tenemos que ver nuestro lugar de trabajo como un elemento que nos influye.
TODO ESTÁ RELACIONADO
* Todo está interconectado con nosotros; edificios, calles, objetos decorativos y personas; en una relación dinámica que produce unos resultados.
* El espacio y la personalidad están relacionados.
* Nuestro centro de belleza es una proyección de nosotros.
* Hay una relación directa entre nosotros y nuestros objetos personales. Utilizamos términos como “mi silla”, “mis pinceles”…
TODO CAMBIA (EVOLUCIONA)
* Empezamos con unos clientes y ahora tenemos más, a veces alguno menos…
* La aparatología cambia.
* Antes utilizábamos agenda y, cada vez más, la vamos sustituyendo por el ordenador.
* Antes estábamos solos y ahora tenemos más centros a nuestro alrededor.
Si no hay cambio, no hay evolución.