
Tercer principio: Equilibrio
Como se suele decir, equilibrio es lo que buscamos todos, y de ahí que utilicemos algunas frases tan comunes como: “es una persona equilibrada”, “hay que encontrar el punto medio”, “hay que centrarse”…
Para equilibrar los espacios hay que tener en cuenta el principio de polaridad Yin y yang. En capítulos anteriores ya comentamos que estos polos son opuestos y complementarios a la vez: uno no existe sin el otro en una, llamémosle, danza constante. Ni frío ni calor, ni lleno ni vacío, ni demasiada luz ni oscuridad…
El Feng Shui busca el equilibrio entre las personas y su entorno, mediante la creación de ambientes armoniosos.
Cuarto principio: Armonía
Cuando tomamos conciencia de la importancia de los tres principios básicos de seguridad, orden y equilibrio, y los llevamos a la práctica, es más fácil la existencia de armonía en nuestro espacio.
Creamos armonía cuando hay una conveniente proporción y correspondencia de unas cosas con otras.
El impacto visual que nos rodea es muy importante. Observa si los colores de tu centro se adaptan a las firmas con las que trabajas.
La armonía existe cuando unimos unas notas musicales y se forma una bella melodía, cuando unimos unos ingredientes y hacemos una sabrosa comida, cuando unimos unas maniobras y realizamos un buen masaje, cuando unimos unas vocales y unas consonantes y nos expresamos con palabras o por escrito, cuando utilizamos materiales, colores y formas y creamos un ambiente agradable.
Convierte tu espacio en un lugar mejor para ti y para los demás y estarás creando armonía.
